Entre mamás, es natural querer cuidar. Compartimos lo que nos ha servido, lo que nos ha dolido, y también eso que —honestamente— no volveríamos a hacer. No para imponer verdades, sino para ahorrar decepciones, cansancio o culpa innecesaria.
No gastes tu energía en actividades que más que sostenerte, pueden interferir negativamente en tu vida y la vida de tus pequeños.
No recomendamos lo que impone más que acompaña.
Lo que te hace sentir que no estás haciendo suficiente.
Lo que vende magia empaquetada para una realidad que es profundamente humana, caótica y única.
Share this post