El embarazo también trae desafíos inesperados.
Más allá de las ecografías, los antojos y los momentos de ilusión, a veces aparecen emociones que no esperábamos, dolores que no entendemos y miedos que no sabíamos que teníamos.
No estás sola.
Escuchar a tu cuerpo y a tu mente es parte del proceso. A veces cuidarse significa descansar más. Otras veces, pedir ayuda. Hablar con una amiga, con una profesional o simplemente darte permiso para sentir sin juicio.
Tu bienestar también cuenta. Y está bien no poder con todo.
Porque cuidarte tú también es cuidar la vida que crece en ti.
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